Junio
2 de 2014
Muy
buenos días a todos y todas.
Quiero
comenzar diciendo la presencia del ex Presidente Mauricio Funes, que
lamentablemente perdió ayer a su madre. Mauricio, jamás olvidaré
el gesto que has tenido al acompañarme en esta ceremonia en un día
tan triste para tu família. Que
el afecto del pueblo salvadoreño pueda darte paz en este momento de
dolor.
Después
de largos años de lucha por la justicia y la democracia en mi país,
recibo con humildad y profundo respeto la banda presidencial. La
recibo con el compromiso de ejercer la Presidencia para todos los
salvadoreños y todas las salvadoreñas, aquí y en el exterior.
Ejerceré la Presidencia con honradez, austeridad, eficiencia y
transparencia.
Trabajaré
incansablemente para alcanzar los grandes acuerdos de nación que nos
permitan resolver los principales problemas del país y que faciliten
la construcción de los cambios estructurales que El Salvador
necesita.
La
participación ciudadana será fundamental en mi gobierno. Porque el
derecho y la responsabilidad de construir este país es de todos.
Queremos
una ciudadanía activa, que haga contraloría social, que exija
principios éticos a sus funcionarios.
Lo
he dicho muchas veces y debo dejarlo claro: Los recursos del pueblo
son sagrados y sólo se utilizarán para favorecer el desarrollo y el
bienestar del mismo. Tal como se hizo en este gobierno, continuaremos
el compromiso de NO MÁS CORRUPCIÓN.
Vamos
a garantizar una gobernabilidad fundamentada en el crecimiento, en la
distribución social del ingreso, en el respeto y la promoción de la
institucionalidad democrática y de la seguridad jurídica y
ciudadana. En síntesis, en la búsqueda permanente del desarrollo y
el compromiso irrenunciable con la justicia social.
Para
alcanzar los grandes acuerdos de país, hemos promovido instancias de
concertación. Estamos trabajando en la formación de núcleos
ciudadanos conformados por sacerdotes católicos, pastores
evangélicos, empresarios, trabajadores, académicos, y una lista de
personas que contribuyen a este gran acuerdo. Porque unidos crecemos
todos.
Buscamos
el respaldo de toda la sociedad para la creación de políticas
públicas encaminadas a las prioridades del país: seguridad, empleo
y educación.
En
atención a esos ejes, estamos trabajando por una mayor integración
de nuestro país al mundo. Esta cercanía es fundamental para ampliar
las relaciones comerciales, la cooperación bilateral y estrechar
lazos culturales y de amistad.
En
la gira que hice en Centroamérica, platiqué con los Presidentes de
la región sobre temas que son de gran relevancia política,
económica y social. Tenemos raíces comunes, historias compartidas,
problemas que nos afectan a todos, y retos mutuos. Por eso
continuaremos nuestra apuesta en el Sistema de Integración
Centroamericana. La integración es el mejor camino.
Un
ejemplo es el esfuerzo que El Salvador, Honduras y Nicaragua, tres
naciones hermanas, estamos haciendo en la región del Golfo de
Fonseca. Trabajamos en un importante acuerdo, que convertirá a esa
región en una zona de paz y beneficio económico para todos.
Centroamérica
unida se fortalece mediante el acercamiento con los demás países de
Latinoamérica.
Pero
nuestros vínculos internacionales van más allá. Hay un gran número
de salvadoreños que tienen su hogar fuera de El Salvador. Nosotros
ya les garantizamos el derecho al voto desde el exterior, y
trabajaremos junto con los demás gobiernos en el respeto de sus
derechos. Ustedes están lejos pero son una parte importante de
nuestra nación. Somos un solo pueblo.
Las
relaciones con Estados Unidos, donde viven 2 millones de
compatriotas, también son de fundamental importancia, y por eso
vamos a profundizarlas en el campo económico y social.
El
Asocio para el Crecimiento representa un eficaz plan que le brinda a
El Salvador más posibilidades de hacer crecer su economía, reducir
sus vulnerabilidades, disminuir la inseguridad y generar mayor
inclusión. También estamos trabajando para formalizar la aprobación
del Fomilenio II.
Para
abrir nuevos mercados debemos mirar hacia todo el continente, América
Latina y el Caribe, Europa, Asia y el mundo entero.
En
el esfuerzo de hacer crecer la economía de nuestro país, estamos en
avanzadas conversaciones respecto al ingreso de El Salvador a
Petrocaribe. Estos acuerdos nos darán más oportunidades de
desarrollo a través de plazos e intereses más favorables e
impulsarán nuestro comercio exterior.
En
ese mismo orden he dado instrucciones al canciller para que en un
corto plazo estén en funcionamiento las consejerías económicas y
comerciales con el fin de promover el comercio y la inversión.
El
Salvador, el pulgarcito de América, nada tiene de pequeño en sus
sueños y en sus retos. Sabemos que las soluciones requieren esfuerzo
y compromiso. Por ello, las buscamos junto con las otras naciones.
Porque unidos crecemos todos.
Estimado
pueblo salvadoreño:
El
proceso de modernización del Estado tendrá como base un férreo
combate a la corrupción, a la evasión de impuestos y a la elusión
fiscal.
Vamos
a modernizar los mecanismos de profesionalización y formación
permanente de nuestros funcionarios, a fin de garantizar mayor
eficiencia y mejor atención en los servicios que dan las entidades
gubernamentales.
La
modernización del Estado será responsabilidad directa de la
Secretaría Técnica de la Presidencia, para que la administración
pueda responder de manera más rápida y eficiente a las demandas y
necesidades de la población.
Crearemos
la Secretaría de Participación Social y Transparencia, para elevar
el estatus de estas características fundamentales de un gobierno
dialogante y honesto.
Al
Ministerio de Gobernación lo convertiremos en Ministerio de
Desarrollo Territorial, porque la vocación principal del gobierno es
territorializar sus políticas y garantizar que todo el país tenga
las mismas oportunidades de progreso.
Vamos
a transformar la Secretaría de Asuntos Estratégicos en Secretaría
de Gobernabilidad y Comunicaciones. Queremos ampliar el diálogo y
mantener una negociación permanente hacia la búsqueda de acuerdos
con todas las fuerzas de la sociedad. Porque Unidos Crecemos Todos.
Esa es mi convicción. Solo unidos podemos crecer, solo juntos
podemos sacar adelante a El Salvador.
A
partir de 2015, vamos a crear el Ministerio de Cultura para
fortalecer nuestra identidad y potenciar la cultura y las artes como
fundamentos de la transformación del país.
Y
también, los de la sinfónica están felices, y también crearemos
el Ministerio de la Mujer. Seguiremos ampliando, desde hoy, las
acciones en beneficio de las mujeres en todas las carteras económicas
y sociales.
Estoy
convencido que debemos de trabajar por generar políticas de Estado
más que políticas de gobierno. Porque debemos garantizar que
nuestras proyecciones de cambio sean irreversibles.
Juntos
romperemos el círculo de la pobreza.
Pueblo
salvadoreño:
Este
gobierno lo iniciamos con mucha esperanza y alegría.
Esto
sólo es posible por la labor de nuestros héroes y mártires.
Aquellos hombres y mujeres, personas visionarias, que entregaron su
vida y soñaron con un país en democracia.
Por
eso rindo tributo a los hijos e hijas de este pueblo que derramaron
su sangre luchando por la justicia. Merecen especial reconocimiento
los campesinos, obreros, estudiantes, sindicalistas, intelectuales,
artistas y profesionales, que se organizaron y entregaron todo por
una patria libre.
Reconozco
también a los soldados y oficiales del ejército que murieron en
cumplimiento de su deber.
Rindo
un homenaje especial al querido líder Schafik Jorge Handal y a mi
maestra y compañera de lucha Mélida Anaya Montes.
Su
lucha permanente fue por los más pobres y excluidos. Eso es lo que
identifica a mi partido, el FMLN: La Justicia Social. En ella se
asientan los principios éticos y el sentido de mi gobierno.
Hoy,
más que nunca, se cumplen las palabras de nuestro poeta Roque
Dalton, cuando decía:
“Mi
país que se levanta desde la pequeñez y el olvido para finalizar su
vieja prehistoria de dolor y sangre”.
Deseo
que ésta y las futuras generaciones valoren y comprendan nuestra
historia. Que estimen los logros alcanzados y se comprometan en
trabajar por desaparecer por completo la injusticia, el odio y el
miedo.
Este
día reivindicamos la paz, la democracia y el derecho que logramos
como pueblo para decidir sobre nuestro propio destino y progreso.
Este
nuevo tiempo comenzó a hacerlo realidad nuestro querido presidente
Mauricio Funes, a quien brindo mi más sincero reconocimiento por
haber dirigido dignamente la República de El Salvador. Estoy
orgulloso de haberlo acompañado en la calidad de Vicepresidente.
Gracias
por haber iniciado el proceso de cambio más grande en la historia de
nuestro país. Como Mauricio ya lo ha manifestado, su trabajo ha sido
guiado por nuestro obispo mártir Monseñor Romero, quien también
guiará a este nuevo gobierno.
Queridos
jóvenes:
Los
invito a ser partícipes de este gobierno. No sólo porque ustedes
son el presente y el futuro, sino porque ustedes deben ser la fuerza
dinamizadora del quehacer de las políticas públicas. El bienestar
de la niñez y de la juventud es el bienestar de toda la sociedad.
En
mi reciente encuentro con el Papa Francisco compartimos la visión de
que los jóvenes deben encontrar respuestas a sus inquietudes y
necesidades.
El
Papa lo expresaba en Brasil con la fuerza moral que lo caracteriza:
“¡Queridos jóvenes, tengan un corazón grande! ¡No tengan miedo
de soñar cosas grandes!…Por favor, no dejen que otros sean los
protagonistas de los cambios. Ustedes son el futuro”.
Les
extiendo mis manos para que con su juventud, sus capacidades, sus
renovadas y distintas visiones del mundo, podamos construir juntos un
país para ustedes y para las próximas generaciones. Porque Unidos
Crecemos Todos jóvenes. Jóvenes unámonos para hacer crecer este
país.
Mujeres
salvadoreñas:
Durante
el pasado gobierno ustedes tuvieron un importante reconocimiento
gracias a las leyes que se aprobaron y a la construcción de espacios
como Ciudad Mujer, que vamos a llevar a todos los departamentos.
También entregamos el nuevo Hospital Nacional de la Mujer, a quien
yo nominaré: “Doctora María Isabel Rodríguez”.
Fueron
logros importantes pero debemos ir hacia adelante. Queremos que El
Salvador quede libre de violencia hacia las mujeres. Que sea un país
que avance en el cumplimiento de sus derechos. Por eso voy a
trabajar, con ustedes, por más y mejores oportunidades.
Para
ello, contaré con el apoyo decidido de mi esposa Margarita. Junto a
ella cumpliré con este compromiso. Le agradezco por ser siempre mi
compañera, el gran amor de mi vida, con quien he soñado y luchado
por una patria en progreso y dignidad.
Aprovecho
este momento para saludar a mis hijos y nietos, que además de colmar
mi vida de alegrías, me han acompañado y apoyado en todo momento.
Amigos
y amigas:
Hace
cinco años asumimos el gobierno de El Salvador en medio de una
profunda crisis financiera internacional. Había un déficit fiscal
de más del 6% y un decrecimiento de menos 3.1%. A pesar de ese
adverso escenario, rescatamos los empleos perdidos y creamos muchos
más.
Iniciamos
el proyecto más grande y ambicioso de programas sociales en la
historia de nuestra nación, a través de la redistribución del
ingreso con la que logramos ampliar la base productiva.
Estamos
caminando hacia una economía más inclusiva. Hemos recuperado
sectores esenciales, como la agricultura. Iniciamos la construcción
de un nuevo país. Sentamos las bases del desarrollo y de la
inclusión.
Agradezco
a la Asamblea Legislativa que haya aprobado la Ley de Protección
Social Universal, una iniciativa del gobierno para que no haya marcha
atrás en estos programas.
Pero
todavía hay un largo camino por recorrer.
Compartimos
la esperanza de ver tiempos mejores para El Salvador. Y lo hacemos
con los pies en la tierra y reconociendo que aún tenemos grandes
desafíos que enfrentar, como un bajo crecimiento, un alto
endeudamiento, poca inversión y falta de infraestructura.
Juntos
podemos crear grandes oportunidades para el país. A través de la
unión de todas las fuerzas productivas, económicas, políticas y
sociales podremos hacer frente a estos temas. Porque, les vuelvo a
repetir, unidos crecemos todos.
Nuestra
primera apuesta es en el desarrollo económico. Vamos a poner énfasis
en la transformación productiva y en una economía inclusiva.
Impulsaremos una logística comercial que responda a la demanda de
crecimiento y de generación de empleos.
A
través de la inversión en infraestructura, y con una visión
enfocada en el desarrollo del país, vamos a consolidar la Estrategia
de Movilidad, Logística, Transporte y Puertos.
En
ese marco, continuaremos con el proceso de ampliación del aeropuerto
monseñor Romero, ampliaremos el puerto de Acajutla, construiremos el
baipás de San Miguel, modernizaremos las aduanas en las fronteras
terrestres. Esto nos permitirá ampliar el comercio y hacer una
apuesta sólida en el sector exportador.
Para
generar más confianza en los empresarios, vamos a seguir
fortaleciendo las instituciones, trabajando con reglas claras y
continuaremos garantizando la seguridad jurídica del país.
Sabemos
que el apoyo al sector privado permitirá multiplicar de manera
acelerada el empleo, dinamizar la economía y fortalecer el tejido
empresarial. Nuestro sueño compartido debe ser un El Salvador
productivo y competitivo, presente en los mercados globales.
A
los trabajadores les digo que fortaleceremos las condiciones para
generar empleos dignos con salarios justos y que defenderemos su
dignidad y sus derechos laborales. Reconocemos en ustedes uno de los
actores más importantes del crecimiento con equidad y justicia que
buscamos para El Salvador.
Vamos
a crear mecanismos de formación y capacitación que les permitan
convertirse en un recurso humano más calificado y mejor preparado
para las oportunidades que construiremos juntos.
Estamos
seguros de que la unión entre gobierno, empresarios, trabajadores y
las fuerzas políticas, generará más inversiones y empleos. Porque
unidos crecemos todos.
Para
poner a El Salvador en una mejor posición de competitividad, vamos a
trabajar para atraer más inversión. Fomentaremos la producción
nacional de valor agregado, incentivaremos a las empresas
exportadoras e invertiremos en ciencia y tecnología.
Bajo
esas mejores condiciones, el país será más atractivo para la
inversión privada nacional y extranjera. Queremos ver también a
nuestros compatriotas exitosos en el exterior invertir aquí en El
Salvador.
En
el campo está una parte de nuestra identidad nacional. Debemos dar
pasos firmes hacia el fortalecimiento del sector y pasar de una
agricultura de subsistencia a la agroindustria. Junto con los
caficultores haremos realidad el pacto por el café para generar más
producción y más empleo.
Nuestras
políticas de desarrollo serán compatibles con la protección de los
bienes naturales del país. Estamos conscientes de que debemos actuar
en contra del impacto de la crisis ambiental y del cambio climático.
Solo con una agenda de sustentabilidad ambiental podremos mejorar la
calidad de vida de los salvadoreños.
El
desarrollo económico debe ir de la mano del desarrollo social.
Reconocemos que el acceso a la vivienda digna es una de las
principales demandas del pueblo salvadoreño. En nuestro gobierno
vamos a fortalecer e integrar las instituciones del sector para
aumentar la construcción de vivienda y superar gradualmente este
déficit.
Si
queremos progreso también debemos garantizar inversión en salud y
educación, que en los últimos cinco años tuvieron reformas
trascendentales. En ambos rubros logramos la plena gratuidad
eliminando las llamadas cuotas voluntarias. Los servicios públicos
deben ser para todos.
Estamos
comprometidos con la profundización y consolidación de la reforma
de salud. Todos los niveles requieren de una mejora sustancial en la
atención, y vamos a promoverla. Garantizaremos aquellos mecanismos
que promuevan y faciliten la participación social y comunitaria, la
intersectorialidad y la contraloría social.
La
educación es también un pilar de la sociedad. Como maestro y ex
Ministro de Educación, conozco de primera mano los retos. Vamos a
trabajar para que todos los salvadoreños tengan acceso a la
formación para la vida y la competencia laboral. Por ello, vamos a
continuar con la reforma educativa, y a hacer realidad, en todo el
país, el programa “Vamos a la Escuela”.
Hoy,
con nuestro programa de paquetes escolares, brindamos zapatos,
uniformes y útiles escolares para más de un millón trescientos mil
estudiantes de parvularia y educación básica. Y llevaremos los
paquetes escolares hasta el bachillerato.
Continuaremos
el esfuerzo por erradicar el analfabetismo y trabajaremos por la
formación superior y permanente de los maestros. Haremos realidad el
programa “Un niño, una computadora”, y la instalación de
internet en los centros escolares. Estamos comprometidos con el
acceso a las tecnologías de la información.
También
vamos a apoyar a la Universidad de El Salvador para iniciar el
programa Universidad en Línea, e iniciaremos la formación
tecnológica superior. Las universidades jugarán un rol importante
en la formación para el desarrollo.
Pero
el desarrollo no es posible si no se garantiza la seguridad
ciudadana. Para alcanzarla, necesitamos de una gran unión de país
que nos permita combatir a la delincuencia de forma eficaz. Debemos
superar cualquier diferencia y unirnos por el interés común: vivir
en paz, libres de violencia.
La
seguridad ciudadana requiere que trabajemos unidos contra el crimen
organizado, el narcotráfico, las extorsiones y toda expresión de
violencia. Vamos a combatir la delincuencia en todas sus formas, con
todos los instrumentos legales y coercitivos del Estado. La Fuerza
Armada continuará acompañando las labores de la Policía Nacional
Civil.
Fortaleceremos
y continuaremos la depuración de la PNC. Articularemos y
coordinaremos los esfuerzos institucionales a nivel nacional e
internacional. Necesitamos de la participación activa de los
gobiernos y liderazgos locales, de las organizaciones sociales, de
empresarios, iglesias, comunidades y familias. Sólo juntos podremos
superar la inseguridad y el miedo.
Pero
debemos atacar también sus causas estructurales y brindar más
oportunidades para la gente. Con educación, empleo e inversión en
las comunidades, vamos a llevar tranquilidad y una vida digna a las
familias salvadoreñas.
Nos
comprometemos a implementar la política de justicia, seguridad y
convivencia ciudadana. A fortalecer el Estado social y democrático
de derecho protegiendo la vida, los derechos, y los bienes de las
personas. Favoreceremos las condiciones de inversión y desarrollo
mediante la construcción de un país seguro.
Vamos
a fortalecer las instituciones que tienen el mandato constitucional
de prevenir, combatir y castigar el crimen, y juntos garantizaremos
la paz en cada uno de los territorios.
Modernizaremos
el sistema penitenciario para revertir las condiciones de
hacinamiento y convertir a nuestros centros penales en verdaderos
espacios de rehabilitación. Combatiremos el ocio carcelario con un
esquema de trabajo que capacite a los internos para que puedan
incorporarse a actividades laborales y a una plena reinserción en la
sociedad.
Veo
un El Salvador donde la vida esté libre de riesgos, donde las
ciudades sean espacios seguros de convivencia, donde los ciudadanos
se encuentren protegidos.
A
partir de hoy, me pongo al frente del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana.
Todos
estos retos que tenemos que enfrentar sólo podremos resolverlos con
unión, diálogo y plena reconciliación.
Ya
hemos dado un gran ejemplo al mundo con los acuerdos de paz. A través
de ellos pudimos terminar con una cruenta guerra. Los acuerdos
constituyen el principio de una nueva transición en El Salvador para
la construcción de los pilares más firmes de la democracia.
Pero
el país tiene una deuda moral con los desaparecidos y sus familias
que debe ser solventada.
Mi
gobierno se compromete a reivindicar la memoria histórica.
Impulsaremos
iniciativas de manera conjunta, que acompañen y ayuden a que las
familias conozcan la verdad.
Es
tiempo también de asumir la responsabilidad con las personas
lisiadas y los excombatientes. Nuestro gobierno afirma hoy el
compromiso de atender y dar los beneficios necesarios para que ellos
y los familiares de los combatientes caídos puedan reincorporarse
plenamente a la vida social y laboral.
Estoy
consciente que los problemas y los enfoques son diversos y que
tenemos una sociedad plural. Yo, como firmante de los Acuerdos de
paz, sé que su eje transversal es promover una sociedad abierta a la
negociación, al diálogo y al debate permanente y respetuoso de las
ideas.
Debemos
encontrar siempre los puntos que tenemos en común, las necesidades
colectivas y las oportunidades de construir juntos un país en donde
vivamos en progreso, con dignidad, donde tengamos justicia y paz
duradera. Solo así lograremos una verdadera reconciliación
nacional.
Los
salvadoreños no debemos mirar hacia un horizonte esperanzador,
debemos avanzar juntos hacia él.
La
realidad que vive y que vivimos nos exige consensuar, buscar acuerdos
y soluciones porque insisto solamente porque unidos crecemos todos.
Estoy
convencido, lo hicimos en los Acuerdos de Paz, nos unimos y sacamos
el país adelante, ahora en este momento requiere que pongamos todas
nuestras voluntades, todas nuestras fuerzas aunque tengamos
pensamientos diversos, pero somos salvadoreños y queremos a nuestra
patria El Salvador.
No
olvidemos que somos un solo pueblo. Una sola patria, donde cada uno
de nosotros merece la oportunidad de vivir feliz y en paz.
Es
preciso que seamos solidarios, que nos unamos por nuestras familias y
por el país. Es tiempo de entendernos, de avanzar, de dialogar, de
concertar para el bien de todos.
No
importa de dónde venimos, dónde vivimos, si somos jóvenes o
adultos, en este país todos tenemos un lugar. El Salvador es de
todos y para todos.
Estoy
aquí para trabajar con Oscar Ortiz, el vicepresidente, junto a
ustedes. Porque unidos crecemos todos.
Estoy
dispuesto a dar lo mejor de mí.
Que
Dios nos bendiga a todos y bendiga a El Salvador en esta nueva etapa
de su historia.
Muchas
gracias.
--
Equipe ANNCOL - Brasilanncol.br@gmail.com
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